A fines de Marzo del 92, andaba molesto, irritado, descorazonado, renegando por todo y con el sabor amargo por conocer qué había hecho mal en mi condición de Director de mi Plantel. Habíamos diseñado nueva distribución física del Centro Educativo “Andrés Avelino Cáceres” de la Urbanización Las Palmeras, conseguido a través de COOPOP 3,100 m2 de losa deportiva cuya área anteriormente era de pura tierra; implementado el polideportivo con arcos para Fulbito, aros para el Básquetbol, net para el Vóleibol y reflectores para la iluminación de eventos nocturnos, modernos servicios higiénicos. El 20 de abril anterior (1991), habíamos inaugurado la losa del colegio con la presencia de la Primera Dama de la Nación Susana Higuchi y andábamos los docentes, que éramos pocos los que habíamos trabajado y la APAFA con la familia Diburga a la cabeza, caminando literalmente sobre nubes por la labor realizada. Y de pronto, la autoridad educativa inmediata que me cesa en el Cargo para entregárselo a un “colega” que había trabajado unos meses en la sede central del Ministerio de Educación. Acudió con una carta de recomendación de una alta autoridad educativa y al Director de la USE no le quedó otra que hacerle caso, como él mismo me lo confirmó cuando fui a reclamarle y a solicitar mi cese inmediato de la carrera magisterial. Me asignó a la misma dependencia educativa como Especialista de Educación, que a la sazón era un alto cargo a la que todo docente aspira luego de tener la dirección de un colegio. A fines del mes de Abril (92), el Director de la USE me ofrece la dirección de un Colegio donde podía hacer mucho dada la experiencia que poseía. Nuevamente me incomodé porque pensaba que la dirección de un buen plantel era en mérito a la labor realizada, pero era lo contrario, esto parecía ya un castigo. Existía 8 mil m2 de tierra destinado para un nuevo Plantel sin cercar, no había baños, ni agua, ni luz y las tres aulas que existían eran de adobes con el techo de palos, cañas y esteras. Unas cuantas mesas deterioradas y dos sillas en mal estado.
Los niños debían sentarse en adobes cubiertos de periódicos o cartón, cruzaban dos acequias, era todo un terral y el Asentamiento era considerado como zona roja. La APAFA ya se había formado y sus integrantes tenían gran condición política dado la época que se pasaba y el arraigo que tenían los izquierdistas. Durante las noches, en plena área del colegio los “cumpas” hacían ejercicios antes de trotar por calles adyacentes. Un año antes habían matado de un balazo al Director de otro Centro Educativo ubicado en Enrique Milla y los directores de los colegios vecinos andábamos preocupados porque estos asesinatos obedecían más a propagandizar el movimiento que hacer ajustes por malos manejos. Particularmente, no pensaba que pudiese ocurrirme nada. Había decidido pasar el tiempo para cumplir 25 años de servicios y retirarme desilusionado del magisterio porque no había aumentos, nuestro sindicato el SUTEP se había politizado mucho perdiendo su condición sindical y ya me faltaban dos meses para cumplir 25 años de servicio y adelantar mi retiro del Sector de Educación. Llegaba tarde sin mucho apuro, hacía lo suficiente para tener presencia con tres profesores que teníamos. Una mañana, la esposa de una familia que fungían de guardianes me alertó que habían dos muchachos que me estaban buscando y preguntando interesadamente por el Director. Que habían acudido hasta en tres oportunidades, pero la última me lo dijo con un pánico tremendo, sus ojos estaban desorbitados, temblorosa y balbuceaba cuando hablaba. Me confió que le parecía haberle visto un revolver, que tenga mucho cuidado. Tuve que calmarla, pero a los pocos días se mudaron para no volver nunca más. La USE me envió tres profesores más, acondicionamos un silo para el baño. Solicité apoyo a una familia para que mediante un cable tengamos energía eléctrica. Andaba con esa desazón cuando un día al llegar al colegio observé a una niña que se le había aflojado el estómago. El baño estaba ocupado y no le quedaba otra que refugiarse detrás de una pilca de adobes. Al acudir llorosa se dio cuenta que había incluso más personas que la observaban y retornó más llorosa aún sin saber dónde protegerse para realizar sus necesidades, finalmente se ensució creando un ambiente de escándalo. Me sentí mal. La experiencia de esa niña me marcó y me propuse dotar de mayor comodidad al Plantel preguntándome cómo podía haber caído en esa condición irresponsable, como si fuera un mecanismo de defensa en contra del Ministerio de Educación por desatender a los maestros.
Acudí a diversos lugares para solicitar donación de mobiliarios. Así fui a dar al Ministerio de Agricultura de la Av. Salaverry y conversando con un integrante de esa cartera me invitó a conversar con el Ministro de aquella época: Absalón Vásquez Villanueva. A los quince minutos estaba en su oficina conversando como dos buenos amigos y con un café en la mano. Me convirtió en el Capitán de los centros educativos de la zona de Confraternidad y nos propusimos iniciar trabajos para edificar no solo el Centro de mi dirección sino el de los otros vecinos. La entidad que nos apoyaría era el INFES. Y se comenzó a trabajar a pasos agigantados y en el centro poblado había el rumor que iban a dinamitar los iniciales trabajos porque “los cumpitas” no estaban de acuerdo con nada que hiciese el gobierno. Así me lo hicieron saber, a lo que contesté que ello era un trabajo que a mí no me iba a servir porque estaba pronto al retiro, que si lo dinamitaban los que perdería eran los niños del lugar. Y que si eso iba a ocurrir que me lo dijesen de alguna manera para ya no perder mi tiempo en algo que iba a ser inútil. Al día siguiente recibí el mensaje. “Director, siga nomas con los objetivos que se ha propuesto. Tiene razón, los niños no tienen la culpa de otras cosas que haga el gobierno”. Con la anuencia respectiva finalizamos los trabajos y el 20 de Marzo del 94, se inaugura el Centro Educativo 2022, completamente cercado, con instalaciones de agua, luz y un Tanque Elevado, tres pisos construidos con un sinnúmero de aulas todas ellas completamente ambientados y con mobiliario moderno. Dirección, Sala de Profesores, Cocina, Ambientes varios y una losa deportiva. Toda una fiesta de la comunidad y la presencia que nadie esperaba del Presidente de la República de entonces, Alberto Fujimori Fujimori. La inauguración del Plantel y la de los demás vecinos sirvieron para ampliar la Av. Huandoy y el reacondicionamiento de varias pistas, al margen de la decisión férrea del que suscribe, cesar definitivamente del Magisterio Nacional. Misión cumplida. Había obtenido otra placa de reconocimiento, ya iban tres, pero ninguno sirvió para que aumentasen mis magras remuneraciones. Cesé el 6 de Agosto de 1994, había pasado dos años pero el recuerdo de aquella niña presurosa por un servicio higiénico me seguía atormentando.
EXCELENTE MAESTRO, DE ESOS QUE HOY YA NO EXISTE, CASI TODOS SON DOCENTES UN PORCENTAJE DE PROFESORES Y SI POR AHÍ QUEDA UNO O DOS MAESTROS POR CADA MIL DEDICADOS AL SERVICIO DE LA NIÑEZ.
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