Xamia Rodríguez, una de las chicas que viajó a Cancún con Gerald Oropeza “Caracortada”, solo tiene 19 años, viajó a México sin saber quién iba a costear todo, es un caso. Gianella Guerrero Neyra, 19 años, pareja del sanguinario sicario Jhairol Torres Cáceres, “Jhairol” de 18 años, es otro.
La chica cayó con unos sujetos en un auto con un arsenal de armas, en el que destacaban granadas y fusiles de guerra. Sospecha la policía que era la encargada de llevar las armas para que “Jhairol” realice sus trabajitos. En San Miguel, su madre llora desesperada y no puede creer lo que le ocurre a su hijita mayor. “Es una chica de su casa, estudiosa” indica con tristeza. Gianella conoció al sanguinario cuando cursaban primaria en el Callao. La familia se mudó a San Miguel para alejarlos de las malas juntas. ¿Educación Primaria?, ¿Malas Juntas?, si apenas ocho años atrás, o sea en el 2007, tenían diez, once añitos. ¿Y los profesores?, ¿Y los padres? Si pues, estando en casa son capaces de relacionarse con los peores vagos, con los peores criminales, violadores, pedófilos y drogadictos a través de las redes sociales. No basta solo darles amor. También hay que disciplinarlos, controlarlos, darles confianza y tener mucha comunicación. ¿Y el docente moderno? Que no se renueva ni implementa convenientemente.
Que lejos están los días que los maestros íbamos en busca del alumno a sus mismas casas y nos preocupábamos por sus tardanzas o por su falta en realizar tareas o interés por las clases. Lo riguroso que éramos con ellos y el diálogo serio que entablábamos con los padres al margen de la amistad que podía existir. Hoy se perdió el respeto a padres y profesores, consecuencias de las políticas educativas que cada vez son más incongruentes con la formación del hombre que el país necesita. ¿Y la formación del nuevo hombre peruano? que tanto propiciaba un famoso gobierno revolucionario, so pretexto de una Reforma Educativa. El nuevo peruano es aquel joven sicario que por un puñado de soles da muerte a diestra y siniestra. O el jovencito, líder de una banda que da muerte a su padre, o los que se metieron a traficar con drogas. Y los que quieren cobrar cupos.
Debe volver la educación pre-militar, restablecerse la disciplina en los colegios, existir una reforma carcelaria, judicial y castigar a los jueces corruptos, profesionalizarse a los policías. El servicio militar debe ser verdaderamente obligatorio. El Ejército y la Marina deben patrullar la Ciudad. Enseñar educación política en las escuelas, que se analicen los objetivos que proponen los partidos políticos.
Los que pueden ser capaces de cumplirse y tachar los imposibles. Que seamos capaces de saber elegir a nuestras autoridades locales y nacionales. Que no tengamos que acudir a la Universidad y de un momento a otro ya contamos con un carnet de filiación política. Que tengamos una posición crítica de las obras hechas por los últimos alcaldes o gobernantes. Por último, que tengamos propiedad para conocer cuál es el papel que nos toca vivir en el espacio y tiempo de nuestra existencia. “Vive rápido, muere joven”.

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