Toda mi vida desde niño, estuve preguntándome porqué la sociedad le impone a uno “un hermano”. Un ser, que el mayor de los hijos tiene que cuidarlo en todas partes y de no hacerlo le va a uno muy mal.
Reprimenda de los padres, presión de los mayores (Que irresponsable eres y eso que es tu hermano), las amistades mayores (¿Oye, no es tu hermano?), los familiares, sobre todo las tías (le diré a tu mamá). En casa, nuestra madre “la fruta más grande es para tu hermanito, sino se va a poner a llorar”, el padre “saldremos con tu hermanito porque es el más travieso, tú te quedas”. Un juguete nuevo, “primero para él porque como eres mayor, ya entiendes”. ¡Miércoles!, quien me lo puso de hermano. Yo no lo quería.
En los primeros años de estudios allá en el Bosque Matamula de Lince, debía fajarme en la hora de recreo o en la salida con niños mayores por defender a mi hermano que se había metido con alguien. Mi madre que se desvivía por no conservar percudido el guardapolvo blanco, debía castigarme por llegar a casa con el mandil sucio y lleno de barro por pelearme en defensa de mi hermanito. Debía permanecer callado sin acusar a los contendores, porque en esa época existía el famoso código de “no ser un soplón”.
La historia se ha repetido por siete décadas, ya de jóvenes debía defenderlo en las fiestas por bailar con la chica de otro. Por qué no nos permiten escoger a nuestros hermanos así como escogemos a los amigos. Y de repente existen amigos a quien queremos más que a nuestros propios hermanos, porque éste nos ayuda, nos apoya en determinado momento, nos comprendemos más, jugamos mejor, conversamos mucho más tiempo y de mayores hasta nos hacemos familia, cuñados o compadres. Por qué no nos dejan escoger a nuestros hermanos así como escogemos a nuestros amigos? Porque también nació de la misma madre? Y yo que culpa tengo? El caso es que por costumbre o por seguir la voz celestial de nuestros padres que ya están en el cielo, el día de hoy mi hermanito cumple 69 años. Para el colmo, he aprendido a amarlo. Y lo amo de veras porque es el único hermanito que tengo y porque representa el amor que nuestros padres nos alimentaron a que nos profesemos. Y aún digo, si nos reuniésemos con gente de nuestra promoción y él tuviese algún problema, no dudaría en trompearme como antaño y llegar a casa con mi ropa hecho jirones. FELÍZ CUMPLEAÑOS NESTITO. Y vayan matando, prepara un excelente pisco sour o me busco un amigo….






