En 1972, en las Olimpiadas de Múnich, Alemania, el mejor nadador peruano de todos los tiempos había quedado cuarto en la prueba de cuatro estilos, ganando el extraordinario Marx Spitz. Johnny Bello, fue considerado el nadador más técnico del mundo. Interrumpió sus estudios de Educación Física en Estados Unidos y se vino al Perú para hacer lo que mejor sabía: enseñar y entre...nar nadadores. Se puso a “cazar” profesores talentosos para la enseñanza natatoria y armar su Academia de Natación en el Club Terrazas de Miraflores. Gracias a Raúl Méndez, mi profesor y mejor amigo de Educación Física de la Universidad y con quien trabajaba en el Club Germania (Alemán), nos conocimos en el mismo Club, adonde había acudido de incógnito (Sombrero de paja, lentes ahumados, barba crecida) para observar mi trabajo. Raúl le había comentado que era el mejor profesor de Patera (Piscina chica especial para el aprendizaje de niños menores de 6 años) en todo el Perú. Nos citó a su casa de Miraflores y convenimos iniciar el trabajo el 6 de Enero de 1973. Muy nervioso, no sólo porque iniciaba una etapa de enseñanza donde los 35 profesores restantes eran mayores sino que con mucha experiencia y yo era bisoño para ellos, sino que mi esposa en estado de gestación la había dejado internada días atrás en el Hospital del Empleado, esperando el nacimiento de mi primer hijo o hija (Para entonces no existía la ecografía que señala con anticipación el sexo de los niños). Luego de las clases iría a visitarla dándome con la sorpresa que había nacido un varón a las 2:35 de la tarde. Nos hicimos grandes amigos con Johnny Bello, no sólo por el trabajo que realizaba porque después me ubicó en la piscina grande y a su juicio era el que más destacaba en la enseñanza. Debió ser así porque fue él quien me llevó a dirigir la Academia de Natación del Lima Cricket Fútbol Club, Club Inglés el primero que se formó en el Perú en 1885. Me quedé a trabajar en el Cricket por quince años consecutivos haciendo historia y cuando los profesores que encontré en el momento no me vaticinaban más de un año. Pero eso es motivo de otra Crónica. Lo importante y anecdótico es que ese 6 de Enero, inicio de una etapa laboral fructífera también nació mi bebé que nunca crecerá y que es motivo de gran orgullo por su hoja de vida y calidad profesional: el gran Carlos De la Cruz Salazar. Ese mismo año fundo el Colegio de Educación Inicial “San Carlos” en el distrito del Rímac, convirtiéndome en el primer Profesor Jardinero del País.
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