Promediando la década del 70, dirigía los equipos de fútbol de menores de todas las categorías en el Lima Cricket F. C., (Club de la Colonia Inglesa) un niño de once o doce años destacaba en el medio campo de su categoría. Apenas lo observé pensé que tenía un volante central que le daría mucha fuerza al Equipo. No me equivoqué. El problema es que no era socio y yo no lo ...sabía. Había asistido por invitación de uno del equipo. La directiva era muy estricta porque podía presentarse el reclamo justo de los padres. Sin embargo, como me nominaron Jefe de Deportes del Club, toda persona mayor o menor que ingresaba al recinto deportivo debía tener mi consentimiento, previa firma en la puerta de control. Nos arreglamos para que ingresase hasta que dos años después la familia de Gustavito Zevallos se asoció. Con la adolescencia llegaron las enamoraditas para mis pupilos y Gustavito tenía por chica a una muy hermosa jovencita. Ella era de rasgos muy finos, cabellos dorados, mirada pícara, muy alegre y jugueteaba con Luis Manuel León y Alex Toccini, delantero y marcador de punta respectivamente. Como recibía el saludo de los chicos, ella preguntaba quién era. Acostumbrada al respeto por los técnicos, pues ella pertenecía al Club Regatas Lima donde jugaba Vóleibol algunas veces que nos cruzábamos también saludaba pero nunca hubo ningún acercamiento ni diálogo. Sólo el respeto porque además le dieron a conocer que ingresaba con el aval mío. Asistía a ver jugar a Gustavo que a la postre lo hacía muy bien, tanto que fue promoción de los “Potrillos” que perdieron la vida en el 87. Fue la época que Alianza Lima era dirigida por Víctor “Pitín” Zegarra antes que Marcos Calderón. Gustavito fue pues uno de los grandes jugadores que salieron del Club junto a Rafael “Pañalón” Quesada (Pasó por la Selección Nacional sin mucho éxito) y Diego Rebagliatti, gran mediocampista quien después se hizo comentarista de Fútbol de Televisión (“Conejo Gordo”). Ellos junto a otros jugadores los tuve desde los ocho años. Gustavo Zevallos se casó con la jovencita que resultó ser la gran Natalia Málaga. Sé que tuvieron una niña pero que ahora están separados. Que lejos estaban los años de gloria que nos regaló después y las participaciones en las Olimpiadas. Que lejos también estaba la figura esbelta y delicada que era. Sin embargo, aunque hoy se parezca a la mamá de Carlos Alcántara “Machín”, la seguimos admirando y todo el pueblo peruano amándola. Muchos buenos jugadores abandonaron el Fútbol para dedicarse de lleno a sus estudios universitarios o viajaron a Europa para seguir la profesión por allá. Una pena. El Fútbol entonces no daba tanto dinero como ahora. Y yo después de quince años pasé a dirigir al Colegio Markham.
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